Conciliación vida privada/trabajo (II): Poner límites

En la entrada anterior comentábamos una de las medidas que podemos aplicar para mejorar nuestra conciliación trabajo-vida privada. Hoy hablaremos de otra.

Poner límites es importante en muchos contextos, pero, sobre todo, en el laboral.

Nuestro trabajo debe ocupar el número de horas presente en nuestro contrato; no más. Si nos excedemos un día, no pasa nada. Dos, tampoco.  Pero si se convierte en costumbre (y es tremendamente fácil que ocurra), es posible que comencemos a experimentar efectos negativos. Para prevenirlo debemos poner límites.

Nuestra aliada debe ser la asertividad. Esto es, defender nuestros derechos de manera correcta y sin pisar los de los demás. Ser asertivos nos ayuda a expresarnos cuando creemos que estamos sobrepasando nuestros límites.

Es posible que más de una vez se nos pida que nos excedamos de nuestras funciones, que hagamos una tarea que sabemos que no podremos acabar si no trabajamos horas extras, que nos quedemos un rato más... ya sea de manera directa o indirecta.

Repito: por hacerlo una vez no pasa nada; pero adoptarlo como costumbre es muy, muy fácil; tanto para nosotros como para nuestro superior.

Para evitarlo, debemos:

  • Tener claras nuestras funciones.
  • Saber qué tareas tenemos que hacer y cuánto tiempo necesitamos para hacerlo.
  • Tener presente nuestro horario y entender que debemos respetarlo, entre otras razones, por nuestro propio bien.
  • Recordar que el trabajo es solamente una parte de nuestra vida (más o menos importante, pero solamente una parte).

Evidentemente aplicar estas estrategias no es tarea fácil, sin embargo, si las tenemos presentes en nuestro día a día, poco a poco podremos ir aplicándolas.

¡Adelante!