Propósitos de Año Nuevo: una mirada de optimismo

En la entrada anterior hablamos de los propósitos no logrados. Echamos la vista atrás centrándonos en lo negativo, pero con una mirada de auto superación y esperanza, buscando aprender de nuestros actos: tanto de los que hicimos y nos equivocamos, como de los que se quedaron por hacer.

Hoy nos centraremos en lo positivo.

Tenemos por costumbre fijarnos en lo negativo: cuando hacemos balance, lo negativo pesa más que lo positivo. Incluso a veces es posible que enpequeñezcamos nuestros logros diciéndonos que tuvimos suerte, que cualquiera podría haberlo hecho...

Pero hoy toca tomar responsabilidad de aquéllo que hemos hecho bien, de nuestros logros y objetivos conseguidos. Por eso es conveniente hacer un recorrido mes a mes, a través del 2016. ¿Qué objetivos has conseguido? ¿Cuáles fueron tus logros?

A parte de los logros, también puedes hacer énfasis en las cosas que hemos aprendido. ¿Qué habilidades o destrezas has adquirido (o mejorado) recientemente? ¿Qué cosas no sabías hacer a principio de año, y ahora parece que dominas?

Y por último pero no menos importante: piensa en aquellos aspectos en los que has mejorado. ¿Te costaba mantener el control en situaciones difíciles y ahora parece que las gestionas de una manera más productiva? ¿Te resultaba difícil expresar tu opinión y hace un tiempo que te cuesta menos expresarte con claridad? Piensa. Seguro que hay unas cuantas cosas que has aprendido.

¿Ya tienes tu lista? Apuesto a que acabas de descubrir que tu año ha sido más fructífero de lo que te parecía hace unos minutos. ¡Enhorabuena!

Espero que os haya resultado interesante. En el próximo post hablaremos de los propósitos para el 2017.
  • Qué es y cómo formular un buen propósito
  • Cómo asegurarte de que tus propósitos sobreviven más allá de enero

¡Hasta pronto!

Montse


Reflexiones de Fin de Año: propósitos pendientes

Diciembre es el mes de reflexión por excelencia. Es el mes en que despedimos un año y cerramos una etapa - en sentido figurado -. Es el momento en que nos damos cuenta de que el tiempo vuela. Nos damos cuenta de que han pasado otros 365 días de nuestra vida y que nos han quedado tantas cosas por hacer...

Solemos pensar en aquéllo que no hemos hecho y queríamos hacer; en aquéllo que era un propósito de Año Nuevo, pero que no pasó de Enero y que sólo hemos cumplido de vez en cuando.

Seguramente nos centremos en aquéllo que no hemos conseguido, en aquéllo que no ha ido como esperábamos o en aquéllo en lo que hemos fracasado. ¡Y qué decepcionante es recordar la lista mental de cosas pendientes para el 2016 y darnos cuenta de que a penas quedan 2 semanas para que acabe!

Está bien hacer todas estas reflexiones. De hecho, es necesario. Pero al final de la reflexión debemos sacar conclusiones: ¿por qué no lo hemos conseguido?, ¿por qué no ha ido como esperábamos?, ¿por qué hemos fracasado? Sólo si nos hacemos estas preguntas conseguiremos que estos objetivos no alcanzados nos aporten algo positivo.

Recuerda: no importa cuántas veces fracases, sino todo lo que aprendas con cada fracaso. Por eso hazte las preguntas adecuadas y no te conformes con cualquier respuesta: busca aquélla que resulte constructiva, que te anime a volverlo a intentar, que te haga ver que las cosas pueden hacerse de otra manera y que la clave está en aprender del error y volverlo a intentar.

Os animo a que recordéis vuestros propósitos para el 2016. Analizadlos. ¿Los habéis logrado? Haceos las preguntas correctas. Sacad conclusiones, aprended y mirad al 2017 con ojos de fuerza y autosuperación.

En los próximos posts seguiremos hablando de los propósitos de Año Nuevo. ¡No os los perdáis!

Feliz Jueves,

Montse



¿Por qué nos gustan las películas de miedo?

El miedo no suele ser una emoción agradable. De hecho, se produce como respuesta a estímulos que creemos que amenazan nuestra integridad. Entonces, ¿por qué nos gusta ver películas de miedo?

Hay distintas teorías. Hoy analizaremos una de ellas. Nota: incluso si eres de los que se tapan con una manta o cojín, lo que viene a continuación también es aplicable a tu caso. ;)

Invertimos tiempo (y a menudo dinero) para ver películas de terror, y la responsable de ello es la empatía. Ésto es la capacidad de ponernos en la piel del otro (será la protagonista de futuros posts).

 ¿Qué papel tiene la empatía en el caso de las películas de terror?

  • Ejercemos de "observadores morales" y evaluamos la conducta de los personajes: durante los primeros minutos especulamos sobre quién es el bueno, y quién el malo. 
  • Nos ponemos en la piel del protagonista - que suele ser el bueno y con quién creemos tener más cosas en común que con el antagonista -.
  • Generamos expectativas acerca de qué sucederá y cuál será el desenlace.
  • Elaboramos un "principio de justicia": deseamos que al protagonista le pasen cosas buenas; y que quién no obre correctamente sea castigado en consecuencia.
  • A medida que avanza la trama es muy probable que nuestras expectativas se cumplan. Estar en lo cierto y ver que hemos sido capaces de anticipar el desenlace nos produce placer.
¿Os sentís identificados con las etapas anteriores?

Feliz Domingo,

Montse



Zillman, D. (1991a). Television viewing and psychological arousal. In J. Bryant D. Zillman (Eds.), Responding to the screen: Reception and reaction process (pp. 103–133). Hillsadale, NJ: Lawrence Erlbaum Associates